lunes, 15 de junio de 2015

SÁLVAME NARANJA



El pasado jueves quise ver en directo la cuarta y última votación en el Parlamento de Andalucía para elegir presidente de la Junta, y al desplegar la lista de canales del televisor en busca del que emitía la sesión, vi que simultáneamente se estaba emitiendo el popular programa del corazón, Sálvame Naranja. Cierto es que reparé en este detalle, porque a Susana Díaz la iba a salvar precisamente el naranja de Ciudadanos, cuyos nueve parlamentarios votaron a favor de la socialista.

De gaditano a gaditano, de portuense a sanluqueño, bien le pudiera haber dicho Rafael Alberti a Juan Marín aquello de "se equivocó la paloma, se equivocaba". Marín y Ciudadanos se han equivocado como la paloma del poema de Alberti. Creyeron que el mar era cielo y que la noche, la mañana. Puesto que no hay excusa de listas más votadas ni demás enjuagues ni apaños, que justifique un voto favorable del partido del "cambio", a unas siglas que llevan gobernando más de treinta años ininterrumpidamente Andalucía con tan paupérrimos resultados. Paro, pobreza y corrupción. Eso en cuanto al fondo. En cuanto al error táctico cometido por Ciudadanos al brindar su apoyo al PSOE de Andalucía, sólo recordaré que nadie que previamente se aventuró en tales gestas, ha escapado vivo del hercúleo abrazo del oso socialista, que, a modo de cópula de viuda negra, ha hecho perecer ya a Partido Andalucista e Izquierda Unida. En fin.

De otra parte, el sábado teníamos en Jaén pleno de constitución de la nueva corporación municipal. Bien podría haber aguardado en la puerta del Ayuntamiento una ambulancia por si los arrechuchos cardíacos, puesto que el Sálvame Naranja, que esta vez le parecía asistir al PP y a Fernández de Moya, amagó con no hacerlo, aunque lo hizo. Ahora le viene el más difícil todavía al alcalde. La misma deuda asfixiante, pero con menos poder. Ahora ya no podrá hacer uso de la socorrida herencia recibida, que pasa ya a tiempos pretéritos. Tendrá que aprender a gobernar no desde el despacho de alcaldía, sino desde los pasillos que van de uno a otro de los despachos de los distintos grupos municipales. Pero ojo, nadie se lleve a engaño, que a pesar de lo negro que pudiera presentársele la situación a Fernández de Moya, algo tendrá el agua cuando la bendicen, y si no, haber estado atentos a la primera canción que sonó en Onda Jaén radio cuando concluyó el pleno y renovó alcaldía. Relax.

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