lunes, 25 de mayo de 2015

EN LA DICTADURA DE LA MEDIOCRIDAD



Dice el refranero que hay personas que están en este mundo porque tiene que haber de todo, y es así. Hay personas, que en contra de lo que pueda resultar obvio, les gusta que se les escupa a la cara, que se rían de ellas, que las engañen y que las utilicen. Si saliésemos a la calle a preguntar a cada uno de los viandantes si le gusta que le engañen o le timen, que se rían en su cara de su persona, o si le gusta sentirse utilizado, van a decir todos que no. Sin embargo, los actos de estas personas van a contradecir sus palabras y esas conductas dirán sí. Algunas de ellas, y no pocas, refrendan con sus actos todos estos agravios a los que son sometidas, porque quienes los cometen, lo hacen con su previo consentimiento. ¿Qué cabe esperar de quien acepta ser tratado así? ¿Qué cabe esperar de un pueblo que consiente desmanes y atropellos, injusticias, corrupciones, enchufismos, despilfarros y engaños como si no pasara nada? Pues eso, nada en absoluto cabe esperarse.

Aunque suene pedante por su abundante alusión en nuestros días, decía Churchill que la democracia es el menos malo de los sistemas, pero malo a fin de cuentas, y que el mejor argumento en su contra eran cinco minutos de conversación con el votante medio. También esto era y es verdad. La gente compra lo que sea. Da igual que se robe, que se engañe, que se mienta, que se cometan las mayores barbaridades. Ahí estará Juan Español Español, dispuesto a comprar tan burda mercancía. Personalmente me niego a aceptar esa máxima buenista y edulcorada que dice que el pueblo es sabio y siempre lleva razón en sus decisiones. Ni muchísimo menos. ¿De qué iba a haber si no tantísimo mangante y corrupto como existe en la política? ¡Porque los votan! Pero los votan democráticamente, y aunque sean unos perfectos rufianes, tienen el aval de haber sido elegidos por un pueblo insano e irresponsable.

La democracia puede convertirse perfectamente en la dictadura de la mediocridad, y es precisamente esa mediocridad que ahora tenemos la que pretenden defender a toda costa aquellos que tanto temen esa supuesta ingobernabilidad e inestabilidad de España por la aparición de los partidos emergentes. Pues bien, son esos mismos que azuzan estos miedos los que desde luego, nos seguirán procurando a todos los demás, con nuestro voto, muy democrático, una perfecta estabilidad y gobernabilidad de la mediocridad.

lunes, 18 de mayo de 2015

EXIGENCIA



La semana que viene, a estas horas, ya sabremos cómo estará conformado políticamente el Ayuntamiento de Jaén para el mandato 2015-2019. Cuatro años por delante, no lo olvidemos, que marcarán nuevamente el devenir de nuestra ciudad. Pero ese futuro será la proyección de lo que los giennenses decidan con su voto en las elecciones. Esto último es lo fundamental, porque ahora tenemos la oportunidad de expresar el camino que queremos que siga nuestra ciudad, la oportunidad de quejarnos más allá del típico comentario de hartazgo en una conversación o de la bravata tabernera del viernes por la noche en que tenemos motivos de queja contra todo y todos.

Es en este punto donde entra en juego la palabra que titula este artículo, la exigencia. Exigencia de los vecinos con sus concejales, sí. Pero exigencia de los vecinos primero consigo mismos a la hora de votar. Votar no es un acto ni baladí, ni gratuito, ni la Democracia es una fiesta. Votar es ante todo un acto de asunción de severa responsabilidad frente a usted mismo y frente al resto. Va siendo hora también de que los vecinos de Jaén seamos mucho más exigentes con nuestros políticos, pero sobre todo, con nosotros mismos. Claro que deseamos una ciudad mejor. Una ciudad con menos paro, mejores comunicaciones como autovías y alta velocidad, infraestructuras como nuevos centros de salud, limpieza, ocio, cultura, turismo, solucionar el problema del tranvía, etc. Pero, ¿todo eso cómo se hace?, ¿quejándose, achacando al pasado los problemas presentes, resignándose a que todo siga igual?. No, de nada sirve el pesimismo ni la resignación, esa actitud no contribuirá a que Jaén se enganche al carro del progreso que están experimentando otras capitales de provincia andaluzas mientras la nuestra se queda cada vez más rezagada. A nuestros concejales les exigiremos valentía, altura de miras, trabajo, resultados, claro que sí; pero todo empieza por que los vecinos de Jaén nos exijamos a nosotros mismos todo esto antes de ir a votar. Aunque sea por amor propio.

El tiempo no pasa en balde, y mientras en Jaén no remontamos el vuelo y nos entretenemos en agrias disputas y pequeñeces irrisorias, otras ciudades de un mundo, por cierto, cada vez más exigente, nos toman una delantera que terminamos pagando a un precio mucho más caro incluso que la deuda municipal, que ya es decir. Como en sus manos está, vea, compare, y decida.

lunes, 11 de mayo de 2015

LA CANCIÓN DEL LEGIONARIO



Al contrario de lo que es creencia común, no es “El Novio de la Muerte” el himno de La Legión, sino la “Canción del Legionario”, y en esta marcha, hay una estrofa que dice “Cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior, pero juntos formamos Bandera, que da a La Legión, el más alto honor”.

Esta máxima, la de que nada importa la vida anterior, cuando uno dedica sus obras al servicio del prójimo, tiene hoy una relevancia en el debate político actual. Han surgido últimamente algunas voces críticas con las formaciones emergentes como Ciudadanos o Podemos, por incluir en sus listas electorales a algunos candidatos que ya habían militado anteriormente en otros partidos políticos. Incluso, se afea a Albert Rivera el haber militado en las Nuevas Generaciones del Partido Popular. Fundamentalmente, estas críticas provienen de PP y PSOE, quienes se erigen en evaluadores del “pedigrí” y la ascendencia o historia de esos candidatos, con pasado, que ahora integran las listas de Ciudadanos o Podemos. Quizá, en un intento de denunciar algún cambio de chaqueta, que pueda enturbiar la imagen de estos nuevos partidos.

Sin embargo, una vez más hierran en su propósito, pues olvidan, que ellos mismos, en su momento, se nutrieron de políticos que procedían de otros partidos. En el PP, por ejemplo, Manuel Fraga fue ministro durante la dictadura. Javier Arenas militó en UCD, Celia Villalobos, recuerda ella misma, fue mujer cercana al PCE y Pilar del Castillo, ex ministra de Cultura, formó parte de la Organización Comunista de España. Por citar solo algunos ejemplos. De otra parte, hubo y hay en el PSOE, tal cantidad de políticos, muchos de ellos dirigentes de primera línea, que cuentan con una ascendencia tan “inasequible al desaliento”, que si fueran juzgados con esta misma vara de medir que ahora propugnan, desde luego, tendrían que darlos de baja del PSOE por la Ley de Memoria Histórica.
Vista la nula legitimidad que tienen entonces PP y PSOE para señalar este tipo de circunstancias en el adversario, de este modo, el nudo de la cuestión no es tanto la procedencia de cada cual, sino, si en política se está para “hacer Bandera” o no. Un partido, unas siglas, no lo olvidemos, no dejan de ser un instrumento formal y necesario en democracia para el fin último, que debe de ser, el de la vocación de servicio público.

lunes, 4 de mayo de 2015

LO QUE LA VERDAD ESCONDE



Haciendo referencia al título de esa película, podemos describir lo que es el primer "match ball" que se va a encontrar el equipo de gobierno resultante de las elecciones municipales que se van a celebrar en Jaén el próximo 24 de mayo. No es sino la situación económica de ruina que viven las arcas del Ayuntamiento, y en concreto, qué va a hacer el próximo Alcalde y concejales para pagar las nóminas de los mil cuatrocientos trabajadores a sueldo del consistorio. Con el crédito pedido por el Ayuntamiento para hacer frente a las de abril y mayo, no se ha hecho sino poner un nuevo parche, a ese rompecabezas endiablado que es hacer frente al gasto en personal de la administración local, pero la solución, está lejos aún de encontrarse. Cualquier programa serio que concurra a los comicios, deberá de decir qué piensa hacer respecto a este asunto, desde luego muy delicado. O bien los distintos partidos optan por mantener el empleo en el Ayuntamiento, y por ende, buscar otras fuentes de financiación que hagan posible el pago de las nóminas a los trabajadores municipales, o bien, se retratan públicamente antes de las elecciones, y con toda la honestidad del mundo, deben de decir que algunos despidos son necesarios.

En cualquier caso, lo que es evidente a todas luces, es que un Ayuntamiento que únicamente sirve para pagar a sus trabajadores, no es viable. Jaén no puede situarse, como está actualmente, en una de las ciudades más endeudadas de España, a costa de que sus ciudadanos tengan un servicio más que deficitario, y que el recurrente tema del pago a sus trabajadores, sea la mayor preocupación del gobierno de turno. No me vale, como está haciendo el actual alcalde, Fernández de Moya, y su equipo de gobierno, con municipalizar parte de los trabajadores que directa o indirectamente prestan servicios al Ayuntamiento. Soy el primer partidario de la municipalización de los servicios públicos. Pero si, como al propio Alcalde le encanta decir, no se dota de una memoria económica, o partida, en los presupuestos, para pagar dichos gastos, si no hay dinero, lo que tenemos es un auténtico brindis al Sol. Un enjuague dispuesto para congraciarse con las familias, a costa de hipotecar sus salarios en un futuro, que se entrevé a corto plazo además. Nada, ni la reposición de una baldosa, podrán anunciar en sus programas los distintos partidos que se presentan, si antes, no solucionan, de algún modo, este problema que sigue embargando el quehacer del Ayuntamiento de Jaén.