lunes, 24 de noviembre de 2014

HASTA LUEGO, AMIGO



Un 66% de tasa de paro entre la población juvenil de la provincia de Jaén es el bochornoso dato que tiene que sufrir en sus carnes la generación que, sin comerlo ni beberlo, se ve asfixiada en una situación de desempleo, inestabilidad y precariedad realmente difícil de levantar. Jaén arroja a sus jóvenes al exilio en busca de un empleo con el que poder salir adelante. Una tasa de paro vergonzosa, pero que trascendiendo la frialdad de la cifra me hace sentir la ausencia de tantos buenos amigos que han tenido que irse fuera de Jaén en busca de una oportunidad que su tierra les niega. El último en marcharse sale hoy para Madrid. Es joven, licenciado en Derecho y en Administración y Dirección de Empresas, y además es inteligente y trabajador como él solo. Pero aún así, en nuestra despedida del pasado viernes a la vera de un café, sus palabras eran, “es que aquí no hay nada”, “está todo parado”, “esto es un desastre”… Así es, Jaén despide mayoritariamente a sus jóvenes mejor formados y preparados.

Pero, ¿qué decir de ese 34% restante que sí tiene empleo? ¿Cuántos de ellos podríamos decir que tienen un contrato de trabajo indefinido, justamente remunerado, o trabajan en unas condiciones decentes? ¿Dónde quedó la dignidad del trabajador? Fue pisoteada y arrastrada por el reparto de dividendos, la productividad, la movilidad internacional, la flexibilidad laboral, el autoempleo, los becarios, las prácticas de empresa, los minijobs y toda esta retahíla de bazofia y palabrería que no son sino blasfemias repetidas por ladrones y corruptos que con tal de vivir en una opulencia y riqueza obscenas, les importa un comino sumir en la miseria a millones de personas. Todo ello con el permiso de la Ley, con la aquiescencia de quienes deberían haber sofocado estos abusos, desmanes y desvaríos.

Es en esta atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa, cuando además debemos de soportar las críticas a planteamientos o soluciones, que más allá de una tibieza inmovilista, mansa y resignada, proponen una actitud enérgica y extrema. Me da igual si esas soluciones o planteamientos nuevos, son acertados o no. Que los vote quien los quiera. Pero sé, que los que nos han gobernado hasta ahora, no pueden solucionar el problema que ellos mismos han creado. La aspiración a una vida democrática, libre y apacible será siempre el punto de mira de unos cuantos que para seguir estando arriba, necesitan que los más sigamos estando abajo.

lunes, 17 de noviembre de 2014

LO LEGAL Y LO ÉTICO (BIS)



Fue el pasado 13 de noviembre cuando el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén publicaba una resolución del Área de Recursos Humanos y Gobierno Electrónico por la que se nombraba, como personal eventual de la Diputación Provincial de Jaén, al Secretario de Comunicación Interna del PP Andaluz. Entonces, alguien advierte la publicación, y a través de las redes sociales, pide públicamente explicaciones por el citado nombramiento. A este requerimiento acude el Concejal de Hacienda y Comunicación del Ayuntamiento de Jaén y parlamentario andaluz, Miguel Contreras, quien responde que se trata de "puestos de libre designación para trabajo de los grupos políticos", que el motivo es que "los grupos necesitan personal de apoyo", que "trabajan para los diputados, no para el partido" y finalmente, si existe "alguna duda", acudir "al Juzgado de Guardia".

Efectivamente, no dudo de que el nombramiento esté revestido de toda la legalidad, que un procedimiento fundado en Derecho, habrá otorgado al mismo, por lo que acudir al Juzgado de Guardia sería inútil e infructuoso. Dicho lo cual, me congratula que esa misma legalidad, y el infinito favor que me concede este periódico, me permitan expresar a través de estas líneas lo que yo reconozco legal, pero no así moral. Es mi opinión particular, que el nombramiento como personal eventual a sueldo de las administraciones públicas, es utilizado en ocasiones por los responsables políticos de esas administraciones públicas, como forma de acomodar laboralmente a ciertas personas, ligadas íntima y cerradamente a un partido político. No digo que estemos ante este caso, y doy por supuesto, que en este tipo de trabajador eventual, "libremente designado", concurren los méritos necesarios para el puesto de trabajo que desempeña. No quiero pensar que el único mérito por el que se hacen acreedores de su plaza, y el correspondiente sueldo que lleva aparejado, se fundamenta tan solo en la afinidad con un partido político concreto. Pienso, eso sí, que son personas con suerte. Lo pienso porque tengo amigos y familiares, que a pesar de contar con titulaciones universitarias, conocimiento de idiomas, y una sobrada preparación, ganada con esfuerzo y sacrificio personal, no han corrido esa misma suerte. No han sido "libremente designados" como personal eventual por ninguna administración pública y han debido de coger la maleta e irse a Málaga, Madrid, Barcelona, Bilbao o Londres. Lástima de infortunio.

En alguna ocasión anterior hablé de la diferencia entre lo legal y lo ético, y es que no todo lo que es legal es ético, ni todo lo que es ético es legal. Tampoco todo lo que es legal es estético, y este tiempo, como cualquier otro, pero ahora más que nunca, exige legalidad, ética y estética. Hay algunos que no se enteran de estas exigencias, que son ya un clamor.

lunes, 10 de noviembre de 2014

IN ILLO TEMPORE



La velocidad, además de expresar el espacio recorrido por un móvil en la unidad de tiempo, es también ligereza o prontitud en el movimiento y sinónimo de celeridad. Celeridad es precisamente lo que le piden una y otra vez la Junta de Andalucía y el PSOE a la jueza Alaya en la tramitación de la fase instructora de la causa penal abierta por la investigación de los ERE. Si la Junta de Andalucía pide celeridad en la instrucción de la causa es porque debe de parecerle que Mercedes Alaya obra con tardanza. Necesariamente, si algo se nos antoja como lento, es porque así nos lo dice nuestro criterio, en base a nuestra experiencia. La Junta de Andalucía tiene también su propio criterio, en base a su experiencia, de lo que es veloz y lo que no. Así, para que a la Junta de Andalucía le parezca lento el proceder de la jueza, supongo que lo habrá comparado con los plazos en los que la propia Junta se mueve. Veamos entonces, atendiendo a estos plazos, lo que la misma entiende por celeridad; y lo haremos, por ejemplo, en lo que más directamente nos toca, Jaén. De esta forma, son más de diez años los que los jiennenses llevamos esperando del gobierno autonómico la Ciudad Sanitaria. Nueve desde que los terrenos de la Ciudad de la Justicia están a su disposición para levantarla. Las obras del centro de salud de Expansión Norte se reanudaron en julio de este año, después de licitarse en 2010. Lustros de espera para la construcción del instituto del solar de San Andrés, que en solar sigue. De 2010 era la promesa de Griñán de implantar, “en breve”, el grado de Medicina en nuestra Universidad. Desde 2012 están paralizadas las obras en el museo de arte ibero. Años después, adiós al Conservatorio Superior de Música de Jaén en el Banco de España, y la catalogación como Bien de Interés Cultural de las viviendas de las Protegidas, sin solución para sus vecinos. Por la parte que me afecta a mí directamente, diré que los abogados del turno de oficio no perciben con “celeridad” de la Junta de Andalucía los honorarios que en justicia les corresponden por el trabajo hecho… Y dicho todo esto… ¡No pasa nada!

Por tanto, como no pasa nada, calme su desasosiego la Junta de Andalucía por la poca celeridad de la jueza Mercedes Alaya tomando para sí la siguiente cita de la novela “La gitanilla” de Miguel de Cervantes, "...se dará tiempo al tiempo, que suele dar dulce salida a muchas amargas dificultades". Bien lo sabe.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

NI TRUCO NI TRATO



Frente a este dilema planteado por niños disfrazados de vampiros, brujas, fantasmas y demás personajes de pesadilla en el día de todos los santos, no es necesario agriar el gesto ni descomponerse en mohínes groseros motivados por la reciente importación de una fiesta anglosajona sin raigambre alguna en nuestro acervo cultural.

Más bien al contrario, quienes pensamos que la tradición propia es un bien a proteger y continuar, deberíamos empezar por preocuparnos en hacer pedagogía para defender nuestras costumbres. En primer lugar debemos comprender que la sustitución del día de todos los santos por Halloween tiene su causa en folclorizar la fe, reduciéndola a mero hábito anecdótico ¿Qué más da cambiar los buñuelos y los huesos de santo por el truco o trato si el problema raíz es que hemos olvidado que el día de todos los santos tiene su razón de ser en la fe cristiana? Cuando banalizamos la fe achicándola a la teatralización de la parafernalia que lleva aparejada, olvidando el fondo de la celebración y el significado último de la misma, sucede que la endeblez en el credo no resiste la seducción con que Halloween nos es inoculado con fruición por televisión, películas y demás propaganda del “Imperio” que diría el fallecido Hugo Chávez.

Hecha esta apreciación, desde el punto de vista del no creyente, tampoco debe olvidarse la contradicción existente entre la celebración de Halloween en nuestro país, con el rechazo generalizado a constituirnos en una sociedad materialista, pues Halloween, no lo obviemos, debe en gran medida su implantación a motivos puramente comerciales. De otra parte denota un complejo de subordinación cultural, que entiende lo extraño como moderno y lo propio como antiguo o desfasado, porque dicho sea de paso, no es la fiesta de los vampiros, las brujas y los fantasmas la única celebración extraña que al socaire de los tiempos viene a invadir aquella “España, evangelizadora de la mitad del orbe, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio” que diría Menéndez Pelayo. El también anglosajón día de San Valentín y su almibarado festejo está ya firmemente consolidado en nuestro calendario.

En cualquier caso todo haz tiene su envés y sin ir más lejos, hace poco que caló poderosamente entre la gente el descolgar en los balcones de las casas por Navidad la imagen, en paño, del niño Jesús. A ver si para el año que viene hay más suerte.