martes, 17 de diciembre de 2013

BIENVENIDO MR. MARSHALL



La Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía otorgó una ayuda de 2,2 millones de euros para la construcción de la fábrica Dhul en Jaén perteneciente a la familia Ruíz Mateos. Las malas prácticas, cuando no ilícitas, que conllevaron la caída del grupo empresarial Nueva Rumasa, supusieron que la mencionada fábrica jamás llegara a terminarse, funcionar y ni mucho menos contratar a un solo trabajador.

De otra parte, Sheldon Adelson, el advenedizo y supuesto magnate estadounidense de la mayor empresa dedicada al juego en el mundo, ha confirmado la cancelación de la construcción del mayor casino de Europa en Madrid, conocido como Eurovegas. Se esperaba una inversión de miles de millones de euros y la creación de doscientos mil puestos de trabajo.

En el primer caso, dudo mucho que sea recuperado un solo euro de la inversión que la Junta hizo para la construcción de la fábrica Dhul de Jaén, más de dos millones de euros de dinero público sepultados en una ruina que es un monumento a la irresponsabilidad de un empresario que anduvo rápido para cobrar la subvención y sin embargo no cumplió con su obligación, construir la fábrica que diera empleo en esta ciudad.

En cuanto a Eurovegas, las exigencias no satisfechas de modificaciones legislativas de tipo tributario, normativa laboral y sanitaria, han propiciado la decisión de no implantarse en Madrid tal y como estaba previsto.

Frustrados ambos proyectos empresariales, la consecuencia que podemos extraer es que se trata de dos caras que forman parte de la misma moneda. Estos “emprendedores”, como ahora se han dado a llamar, representan la versión más hipócrita de ese liberalismo capitalista que aboga por la no intervención del Estado en la economía cuando los negocios les son propicios y van bien, pero que sin embargo acuden raudos y veloces a pedir el auxilio de lo público cuando la situación es inversa. O bien coaccionan a las administraciones públicas con dejar de hacer estas ¿maravillosas? inversiones si sus pretensiones no son atendidas. Como los bancos, que reparten dividendos cuando ganan y piden dinero público cuando pierden, sin devolverlo nunca. No son sino administradores de circos de pulgas que mediante trucos de ilusionismo se aprovechan de la necesidad del prójimo para enriquecerse a toda costa sin reparar en el daño que puedan causar. En el caso de Eurovegas, su consumación, habría supuesto convertir a todo un país en el casino, lavadero de dinero negro, nido de mafias y lupanar que era la Cuba de Fulgencio Batista. Desgraciadamente para todos siempre habrá en este mundo quienes estén dispuestos a cumplir las exigencias inmorales de desaprensivos tales, so pretexto de seguir recebando un sistema económico inhumano y marchito que es precisamente el culpable de habernos traído hasta este punto de miseria, material y espiritual, y que no tiene más fundamento que la avaricia.

Así, como en la película de Berlanga, hemos engalanado el pueblo, nuestros políticos desfilado a su son, y aquéllos que creíamos venían a compartir algo de su fortuna han pasado de largo con sus pompas y oropel dejándonos en la estacada.

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