miércoles, 8 de octubre de 2014

OTRA MENTIRA Y OTRO ESCÁNDALO



Es habitual la crítica a Podemos por su complacencia y admiración hacia los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador o Cuba. Sus representantes son recriminados públicamente por la connivencia que guardan con gobiernos calificados de liberticidas, populistas, despóticos, dictatoriales, criminales, etc. En efecto, existen motivos de sobra para tildar de este modo a los gobiernos de los países antes citados. Sin embargo, esa superioridad moral de la que presumen los críticos, se esfuma con sus actos.

China es una dictadura, comunista, donde los derechos humanos son pisoteados por un régimen liberticida, populista, despótico, dictatorial y criminal. Allí hay presos políticos encarcelados por sus ideas. Allí se aplica la pena de muerte, y allí, aunque comunistas, los derechos de los trabajadores valen exactamente cero, sometidos a un régimen de explotación laboral inhumano por muy alabado que sea por ciertos empresarios españoles. Con China, no con Venezuela, Bolivia o Cuba, es con quien Rajoy ha acudido encantado a hacer negocios. Con las autoridades chinas (una dictadura) es ante quien ha agachado la cabeza reverencialmente y ha puesto coto a la Justicia Universal para que los Tribunales españoles no los inquieten en la persecución legal de delitos contra la Humanidad. Un regalo con el que agradar. Dicho lo cual ¿qué autoridad moral existe para, según que voces, recriminar los actos de cada cual? ¿Qué diferencia existe entre la China comunista o la Cuba castrista? ¡El dinero! Nada más. Ni libertad, ni derechos humanos, ni democracia, ni Estado de Derecho ¡Todo eso es mentira!

Igual de falso y bochornoso que el comportamiento de algunos que critican a los bancos y luego se enriquecen con ellos. Hablo de las tarjetas de Caja Madrid, del representante de IU en su consejo de administración, ahora Bankia, de apellidos Moral Santín (no es un sarcasmo) y que “tiró” de tarjeta gastando 456.500 euros sin justificar. Igual que el dimitido Secretario General de U.G.T. de Madrid, José Ricardo Martínez, también consejero y que gastó otros 44.000 euros con una de esas tarjetas, sueldos millonarios aparte. Ninguno de estos representantes de la izquierda y el sindicalismo opusieron reparo alguno para, junto a empresarios (respetados emprendedores que se llaman ahora), derechas, izquierdas, todos… llenarse los bolsillos en una entidad rescatada con 22.424 millones de euros de dinero público.

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