lunes, 11 de abril de 2016

EL AUSENTE



Ya va quedando menos para el dos de mayo, que en esta ocasión, lejos de conmemorar el levantamiento en armas del pueblo madrileño contra el francés, supondrá el pistoletazo de salida para la convocatoria de nuevas elecciones generales. Desde el veinte de diciembre, cuatro meses, en que los trescientos cincuenta diputados y los doscientos sesenta y seis senadores solo han cumplido rigurosamente en cobrar sus respectivos sueldos. Es absolutamente bochornoso el nivel de sectarismo que ha alcanzado la política española, la tiranía que ejercen los partidos sobre lo que es de todos y el nulo respeto y el desprecio con el que tratan al pueblo. A lo largo de este tiempo, y desde que fuimos a votar, hemos visto de todo y de nada. De todo por las frases grandilocuentes y totalmente faltas de contenido. Y de nada porque absolutamente nada se ha hecho. En fin, lo del Partido Socialista y Pedro Sánchez lo puedo llegar a entender. Más allá de lo bueno o malo de los pactos que busca, aunque sea por puro egoísmo y ejercicio del poder tiene sentido que maniobre por llegar a ser presidente del Gobierno. Pero, ¿dónde está el ahora Presidente? ¿Alguien lo sabe? ¿Conocemos lo que Rajoy ha estado haciendo desde el día de las elecciones generales?. Es lamentable la falta de iniciativa mostrada por Mariano Rajoy, porque lo que está cometiendo es una irresponsabilidad y habla muy mal de la actitud (o mejor dicho, falta de actitud) de alguien que quiere gobernar un país. Esperar sentado a que la amenaza que supone Podemos haga movilizarse el voto en su favor es un mensaje tan triste, que incluso hasta para los votantes del PP y de su militancia, entiendo, debe de ser desalentador y deprimente. Esto no puede ser un presidente del Gobierno. España no se merece a este presidente del Gobierno. Pero es que el problema reside, en que esa misma tiranía que tiene a España paralizada, consecuencia del desmesurado poder de los partidos, es la misma apisonadora que hace que dentro de ellos, y especialmente en el PP, pieza clave para llegar a un acuerdo, no haya fuerza de entre sus setecientos mil militantes que le pueda decir al “ausente” Rajoy: “oiga, haga usted el favor de echarse honrosamente a un lado para recobrar un partido potente, ilusionante, fiel a sus principios y de sus militantes”.

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