lunes, 21 de marzo de 2016

LEXNET



Todo comienza con un mensaje en el móvil “Lexnet abogacía: 1 notificación(es) y/o sus adjuntos pendientes de descarga desde su último acceso”. Desde ese momento ya sé que tengo una notificación que hay que aceptar primero y descargar después desde la plataforma LexNet. Aplicación telemática y que funciona a través de Internet para recibir y presentar escritos ante los juzgados. De forma obligatoria desde el uno de enero. Y en ese instante comienza la batalla, la lucha, la pelea con el ordenador. Conecto el lector de tarjetas, inserto la tarjeta de abogado, abro el Explorer, accedo a LexNet introduciendo la contraseña de la tarjeta, y ahí está mi notificación. Tal cosa podría presumirse fácil a raíz del enunciado pero nada más lejos. Una aplicación tormentosa, que debería de funcionar con la agilidad de un correo electrónico pero que falla constantemente y se mueve con la torpeza de un elefante con ciática. No he visto en mi vida cosa igual. A veces pienso que a los abogados nos hacen la puñeta aposta a ver cuán grado de tragaderas tenemos. No entiendo cómo es posible que a estas alturas, una aplicación tan sencilla pueda funcionar tan rematadamente mal y puede suponernos tanto tiempo perdido. Los funcionarios de Justicia llevan su parte también en la cruzada del papel cero, pues ahora, para escanear un documento o hacer una fotocopia, deben de ingresar en el aparato contraseñas de nada menos que diecinueve dígitos, que cada tres minutos expira. Es decir, un trastorno brutal para todos. Lo más gracioso es que además de tener que presentar los escritos por LexNet, las copias de los documentos para las otras partes, se siguen presentando en papel. Es de cachondeo. Y a mí, todo esto me huele a tufillo fiscal que apesta, porque parece que teniendo constancia de los expedientes que llevamos los abogados luego no vamos a poder engañar a Hacienda en nuestras declaraciones. Nosotros, los abogados, recaudadores del IVA que les salimos gratis al Estado. Y hablando de impuestos, uno no puede dejar de ver la enorme diferencia entre el desastroso funcionamiento de LexNet y lo bien que funciona el programa PADRE, el de la declaración de la Renta y demás programas de pagar tributos. En fin, que un gobierno tras otro hablando de la necesidad de modernizar la Justicia, acortar plazos y dotarla de medios, y al final lo que sigue funcionando como un reloj suizo es Hacienda.

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