lunes, 9 de marzo de 2015

SEDA ITALIANA



Tengo una profesión, la de abogado, que por cuestiones de tradición y solemnidad, me obliga a llevar toga a determinados actos, como son los juicios. Asimismo se espera de un abogado, que su vestimenta sea por lo general cuidada. Habitualmente llevo traje y corbata. Es mi “mono de trabajo”. El traje de fatigas de tantos trabajadores del siglo XXI. Comerciales, dependientes y demás trabajadores lo llevan, ya sea por exigencias del puesto que desempeñan o por ofrecer una apariencia esmerada ante su público o clientela. Hablamos del decoro en el vestir, como tradicionalmente se le ha llamado. Aparte de todo ello, yo suelo trabajar de traje y corbata no solo porque me lo pide mi profesión, sino por respeto hacia ella, por mí mismo y por mis clientes. Pero es este mismo respeto por el cargo y por los demás, lo que han perdido algunos de nuestros representantes políticos, quienes más frecuentemente, obvian todos estos convencionalismos en el decoro al vestir. Hoy no es extraño que algunos cargos electos vistan de forma relajada, incluso cuando hacen acto de presencia en las instituciones como el Congreso, los ayuntamientos o los parlamentos autonómicos. Suelen ser los progresistas aquellos que más incumplen esta regla no escrita, pero deberían de saber que no se es más progresista o de izquierdas por prescindir de una corbata o de una mínima imagen. Lenin o Marx, de ideas comunistas y revolucionarias, aparecen siempre retratados de traje y corbata, y no me creo que estos políticos de hoy lo sean más que aquellos por vestir informalmente. Parecen haber olvidado también que son los mandatarios del pueblo, y su cometido, requiere por respeto hacia nosotros y hacia las instituciones en que están, esas formas que han perdido. Hace unas semanas, el jefe de gobierno italiano, Matteo Renzi, regaló una corbata al recién elegido primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras, que acude a todas partes sin ella. Pues, al igual que sería una estupidez acudir a un chiringuito de playa vistiendo de etiqueta, lo es también presentarse en estos foros sin las debidas correcciones formales, y no es de recibo, que si a un comercial que está tirado en la calle vendiendo su producto a “puerta fría”, se le exige ese cuidado, a un político que está bastante mejor situado que ese comercial, no se le exijan modales en la misma medida. Muestran además una absoluta ignorancia, pues de todos es sabido, que lo cortés no quita lo valiente.

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