lunes, 18 de enero de 2016

UN PRESIDENTE CATALÁN EN ESPAÑA



Albert Rivera debe de ser el próximo Presidente del Gobierno. Da igual que no haya sido ni mucho menos el partido más votado. Tampoco gana siempre al fútbol el equipo que mejor juego hace. ¿Y por qué Rivera? Porque lo más urgente de atajar ahora mismo es el independentismo catalán y la quiebra, nefasta, que representa Podemos. Ahora que Patxi López ha sido investido presidente de las Cortes, no habría contundencia más tenaz que la de un presidente del Gobierno catalán y un presidente del Congreso vasco que les dieran un portazo en las narices a todos los enemigos de España. E igualmente, no habría contestación más feroz al derribo del Estado que trae consigo Podemos, que la del saneamiento del mismo por una fuerza política, de nuevo cuño también, y con aires regeneracionistas pero no revolucionarios, que podría ser Ciudadanos. Es decir, Rivera no ha de ser el presidente del Gobierno tanto por sí mismo, sino por el valor estratégico y de simbolismo que tiene.

Además de todo esto, Rivera y Ciudadanos pueden igualmente simbolizar el punto de equilibrio entre Partido Popular y PSOE, lo cual no quiere decir ni mucho menos que en este estado esté la virtud, ni que PP o PSOE ni Ciudadanos, ni todos ellos juntos sean la panacea ni la solución a los problemas que nos abordan. Pero sí, que dentro del escenario que se nos plantea, sea esta quizá la fórmula menos gravosa respecto de las posibles salidas que podemos tener, o si acaso, la vía más práctica de las que se pueden escoger, ya que al fin y al cabo tenemos que sujetarnos a lo que hay.
Sin embargo, y en la medida en que tales premisas fueran ciertas, ¿cómo es posible que Rivera sea capaz de concitar los apoyos socialistas y populares? Ciertamente es difícil, y ello, por el consabido egoísmo y partidismo que preside, más que el bien común, la forma de guiarse de los partidos en general y de estos dos en particular. Más lo dudo aún del PSOE y sus cuatro, cinco o seis enanitos que necesitaría de comparsa para la chirigota de gobierno que podría resultar de ahí; pero tampoco veo que el PP mueva ficha siendo el más interesado en llegar a un acuerdo para formar gobierno, como si la cosa no fuera con ellos y en la manera y el modo de hacer las cosas de Mariano Rajoy, pensara que el formar gobierno vendrá con el mero paso del tiempo sin nada más que hacer.

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