lunes, 26 de octubre de 2015

EL ALCÁZAR



Nuevamente hemos de volver a lamentar una pérdida para Jaén. Fue hace ya unos años cuando dejamos de ver el distintivo logotipo representado por el castillo de Santa Catalina y la denominación “El Alcázar” de los carteles y grifos de cerveza de los bares de Jaén. Perdimos igualmente el formato de los distintos botellines y nos quedamos con los litros y latas de tercio; pero ahora, es la propia existencia de la emblemática cerveza “El Alcázar” lo que peligra. El contrato por el que Heineken producía y comercializaba la cerveza de La Imora, presente en nuestros hogares, comercios y bares desde 1928, ha tocado a su fin, y está en el aire, la continuación de tan querida y familiar cerveza giennense. Es posible que en términos económicos la desaparación de El Alcázar no suponga una disminución en el número de empleados de la fábrica, u otras consecuencias de similar índole; pero una eventual muerte de esa marca sí que llevaría consigo un suma y sigue en la despatrimonialización de los emblemas más reconocibles de nuestro Jaén.

Cierto es que El Alcázar como tal es hoy en día una propiedad privada, cuyas pérdidas y ganancias redundan única y exclusivamente en sus propietarios. Pero sería decir mentira si olvidáramos el componente de apego emocional de esa marca a esta tierra. Honestamente no me imagino una Málaga sin su cerveza Victoria o una Granada sin su Alhambra, ¿por qué nos vuelve a tocar “la china” en Jaén? No lo sé. Pero algo debemos estar haciendo muy mal cuando nos va de esta manera.
En cualquier caso no ha pasado desapercibida la noticia entre los giennenses que ven con pena la posibilidad de que perdamos nuevamente otro emblema, e incluso hay cierta voluntad reivindicativa de su continuidad. Es en estas lides donde ahora deben de dar el callo nuestros representantes públicos, que sin olvidar la naturaleza privada de la marca, y considerando que su prioridad es lo público y la ciudad, sí deben tener en cuenta que Jaén se llevaría un nuevo palo en su autoestima si llegara a desaparecer El Alcázar. Y por qué no decirlo, también sería bonito que a los giennenses nos empiece a preocupar lo nuestro, y ya que el movimiento no es por desgracia nota característica de este pueblo, que sí al menos no dejemos morir en silencio otra parte más de nuestro Jaén que poco a poco se va por el sumidero del olvido.

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