martes, 18 de junio de 2013

CONTRASTE



Al hilo de la portada de Viva Jaén del pasado viernes 14 de junio en que se nos informaba de los recortes en becas de estudio a 600 alumnos de la Universidad de Jaén, y en conexión con las declaraciones del Presidente del Gobierno hechas el pasado sábado en que “anima” a la banca a la concesión de créditos al objeto de reactivar la economía, es fácil advertir el contraste entre las renuncias impuestas por el Gobierno a los españoles y los “ánimos” que en cambio Rajoy dirige a la banca para que abra la financiación a empresas y particulares. Al estudiante se le ha retirado la beca directamente, no se le anima a renunciar a ella. Además, y debido a la reforma de la Ley de Educación, necesitará obtener más de un 5 (aprobado) para mantenerla si la ha conseguido. Pero a la banca, cuya función social consiste en la concesión del crédito, se la invita, se le anima amablemente, a cumplir con esa tarea asignada. No se le impone, no se la obliga. Eso, a pesar del enorme gasto que la hacienda pública ha hecho con cargo a todos nosotros para que la banca no quebrase. Llama la atención esa disparidad de trato del Gobierno respecto de unos y otros. Pienso en aquellos funcionarios a los que lamentablemente no se les animó a renunciar a parte de su sueldo, en aquellos pensionistas a los que no se les animó a perder poder adquisitivo, en aquellos trabajadores a los que no se les animó a perder días de indemnización por despido con la reforma laboral de 2012, y en todos nosotros, cuando por desgracia no nos animó Rajoy a pagar más impuestos. Esta actitud injustamente discriminatoria nos hace ver con claridad quiénes son los que de verdad importan a algunos políticos. A quiénes obedecen. ¿Con qué cara se presentarán ante nosotros en las próximas elecciones para pedirnos nuestro voto? ¿En qué mitin nos contarán lo mucho y bien que trabajan para nuestro provecho? ¿Le dirán a ese estudiante de Jaén que ha perdido la beca de estudios, que mientras que a él le exigen una nota determinada, al que se puede pagar sus suspensos no se le exige nada más? Creo que no hay que regalar absolutamente nada. Lo que se da de regalado acaba por no valorarse. Sin embargo, una beca de estudios no ha sido nunca un regalo, un gasto, sino una inversión, y quien la ha recibido es porque amerita las circunstancias bastantes para tener derecho a ella. Mermando esa prestación que el Estado asigna, y con una exigencia para concederla de un rendimiento académico que vaya más allá del aprobado, queda rota la igualdad de acceso a la educación que es lo que verdaderamente constituye el núcleo de este derecho. Resulta inaceptable que alguien que pueda pagarse sus suspensos siga ocupando plaza en una universidad, mientras que otro estudiante becado que simplemente apruebe, con un cinco, pierda la beca que posibilita sus estudios. Animo por tanto al Presidente del Gobierno a reconsiderar estos contrastes.

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